La mayoría de las vacunas desarrolladas en el mundo han mostrado efectos secundarios leves que pueden presentarse o no. Algunos de estos involucran dolor de cabeza, dolor muscular, ligera hinchazón o enrojecimiento en el lugar de aplicación, malestar general o cansancio. En ningún caso se trata de efectos permanentes y todos se resuelven o pasan rápidamente.